¿Qué es la macrobiótica?

El origen de la palabra griega “macro” grande y “bio” vida significa “gran vida” pero también la capacidad de vivir la vida de una forma grandiosa y magnífica.

A este nivel la alimentación es importante, esencial, porque nos da la base biológica, la salud para disfrutar de la vida en todo su esplendor y tener sensibilidad con el medio que nos rodea.

Nosotros somos literalmente lo que comemos, los alimentos crean nuestra sangre que va a nutrir las células, los órganos, el cerebro. Sin alimentos la vida no es posible.

La palabra macrobiótica (macro=grande+bio=vida) hace referencia a un modo de vida macro, no solo basado en una dieta determinada o alimentos buenos y malos (no hay bueno ni malo, cada alimento posee una energía y unos nutrientes determinados, y conociéndolos los podemos utilizar a nuestro favor y para el beneficio de la humanidad).

La macrobiótica es sobre todo poder aprender a desarrollar nuestro potencial, conocernos mejor y saber qué es lo que nuestro cuerpo necesita.

¿En qué consiste la macrobiótica?

Consiste en una distribución adecuada en cada plato principal del día de los siguientes alimentos (teniendo en cuenta la condición de salud de cada persona):

CEREALES INTEGRALES

La pirámide alimentaria moderna, elaborada por los más recientes estudiosos en el área de nutrición de las Universidades de Harvard y Cornell, colocan a los cereales integrales en la base de un régimen alimentario como el adecuado para la especie humana. El refinamiento de los alimentos transforma profundamente la cualidad de los mismos y como tal, transforma la condición humana.

La gran mayoría de las escuelas alimentarias más prestigiosas respaldan la idea de que el consumo de cereales debe ser diario y particularmente sobre una forma integral o semi-refinada.

Los cereales integrales para el día a día deben ser biológicos, ya que la gran cantidad de pesticidas presentes en la mayoría de los alimentos perjudican gravemente la salud.

VERDURAS

Introducir en nuestra dieta poco a poco la gran variedad de verduras de las que disponemos. Hojas verdes, raíces, etc…Utilizarlas en diferente tipos de cocción. Disminuyendo la ingesta de crudas.

Intentar que sea de calidad siempre que sea posible biológica. La cantidad de pesticidas y herbicidas utilizados en las verduras modernas es realmente alarmante y perjudica seriamente la salud humana y la de la Tierra.

ALIMENTOS FERMENTADOS

Los fermentos estimulan la flora bacteriana, responsable de la mejor digestión de lo que ingerimos. En macrobiótica preferimos el consumo de alimentos fermentados de origen vegetal, como los encurtidos, pickles y otros productos (miso, tempeh, natto, etc.) Una pequeña cantidad en las comidas es más que suficiente.

LAS ALGAS

Los vegetales marinos son muy ricos en minerales, sobre todo calcio y oligoelementos como cobre, zinc, etc…También son ricas en proteínas e hidratos de carbono y vitaminas, poseyendo algunas algas cantidades asimilables de vitamina B12 que generalmente se considera que sólo existen en productos animales.

LEGUMBRES Y DERIVADOS

Los Chinos utilizan las legumbres, algunas en especial para tratar los problemas de riñones y vejiga. El tempeh está obtenido a partir de un proceso de fermentación de la soja y es una fuente importante de proteínas y de vitaminas del grupo B. El tofu es producido a partir de la leche de soja, tiene un gran valor proteico.

CONDIMENTOS

Es cierto que muchos de estos condimentos macrobióticos son desconocidos por nuestra cultura, pero la ventaja que poseen todos ellos es que tiene propiedades medicinales muy importantes y que si los vamos incorporando en nuestro día a día, lo que estamos haciendo es ir nutriendo nuestro organismo a la vez que realzamos nuestros platos diarios.

Una alternativa muy saludable respecto a los modernos que hay hoy en día, llenos de grasas, productos químicos y azúcar que todos ellos contribuyen a muchos de los problemas de salud actuales.

OLEAGINOSAS

El aceite tiene muchas propiedades beneficiosas para el organismo pero hay que consumirlo con moderación. Debe ser conservado en envases de cristal y opacos, no en recipientes de plástico.

OTRAS PROTEÍNAS

En menor frecuencia de consumo como el pescado.

Principios que definen una alimentación macrobiótica

La evolución biológica

No es posible conocer una especie sin estudiar su régimen alimenticio o su aparato digestivo: Si estudiamos la dentadura humana observamos que la mayor parte de los dientes son molares, utilizados por los animales para masticar los cereales.

En menor medida se tienen incisivos que sirven para cortar la verdura y caninos para desgarrar los productos animales. Por esto deducimos que la dieta humana debería ser eminentemente basada en alimentos de origen vegetal y entre ellos los cereales integrales deben tener una presencia importante en la dieta.

La tradición

En términos de la historia de la humanidad tradición significa mucho más que ir 50 años atrás en nuestro pasado. Significa observar como el hombre se alimentó durante centenas de años en lo que respecta a patrones alimenticios.

Posiblemente nunca en la Historia se constatan cambios tan súbitos como los que hemos vivido en las últimas décadas. Hay gente que piensa que la macrobiótica es una dieta alimentaria moderna, irracional y desequilibrada. La pirámide con la que trabajamos en macrobiótica (ver arriba) era la forma de alimentación practicada por nuestros antepasados hace muchas décadas. Eran gente vigorosa, comían mayoritariamente cereales integrales , molidos con molinos de piedra.

Las verduras y hortalizas que se comían eran prácticamente las que daba la tierra en aquel momento y no existía ningún trozo de tierra por cultivar, se aprovechaba todo. La fruta que caía, la más madura era la que se consumía.

El azúcar que sólo empezó a ser conocido en Europa a mediados de 1400, era racionado y sólo lo consumían los más ricos. Siendo los postres una comida casi inexistente para la mayoría de las familias que sólo lo usaban para los días de fiestas.

Respecto a la carne, el animal era criado en libertad, bien alimentado, sin hormonas de crecimiento, ni antibióticos ni vacunas. Un pollo por ejemplo, tardaba un año en crecer. O por ejemplo un cerdo se mataba y la carne llegaba para todo el año.

Todo esto ha ido cambiando vertiginosamente y también nuestra condición. Ahora con el progreso, tomamos alimentos listos para comer, tenemos cazuelas que aceleran el proceso de cocción de los alimentos, todo es tragado rápidamente a penas sin masticar bien. La digestión empieza en la boca y no en el estómago como mucha gente piensa.

La localización geográfica

Debe entenderse que cuando se consumen alimentos con cualidades próximas a las del clima en que se vive es más fácil estar en armonía con la naturaleza.Por ejemplo es mejor consumir frutos y verduras producidos localmente que aquellos importados de países distantes. Referente a cereales y legumbres como pueden conservarse durante mucho tiempo la proveniencia puede ser de más lejos.

La estación del año

En macrobiótica se entiende que comer de acuerdo con el ritmo de la naturaleza hace que fluyamos mejor con ella misma.

La ecología

El uso de pesticidas y fertilizantes en frutas y verduras degrada no sólo a la tierra que se cultiva sino que también produce cambios en los alimentos que también nos afectan. La ganadería extensiva también ha cambiado la calidad de los productos animales. El uso de alimentos de origen biológico nos devuelve la salud a nosotros y a nuestro entorno.

La edad, sexo, estilo de vida y la condición de la salud

Es lógico pensar que no necesita comer lo mismo un niño de 7 años de edad que una persona de 60 años. Lo mismo se aplica al estilo de vida, al estado de salud, etc…

En un estado de enfermedad las necesidades alimenticias serán diferentes a aquellas en las que se goza de salud.

Ying y Yang

Es uno de los principales aspectos en la alimentación macrobiótica. El concepto de yin y yang se basa en que todo lo que observamos en la naturaleza tiene ciertas cualidades, y muchas de ellas se clasifican en contrarios: caliente y frío, brillante y oscuro, alto y bajo, etc.

De esta forma aplicamos la filosofía de yin y yan a los alimentos que nos aportaran unas cualidades y otras en función de sus características. De este modo, los alimentos yin nos crean frescura, humedad, expansión, relajación, etc.

Son alimentos típicos en verano o en lugares cálidos, y vienen muy bien cuando estamos muy tensos o nuestra dieta ha producido sequedad en el cuerpo (porque nos hemos alimentado de cosas muy secas, como horneados, mucha sal, muchos alimentos de origen animal., etc.), mientras que los alimentos yan aportan energía templada o caliente y es preferible consumirlos en invierno o cuando nuestro nivel de energía es bajo.

Preguntas frecuentes

Sí, es adecuada para cualquier tipo de persona, pero siempre teniendo en cuenta cuáles son las necesidades de esa persona.

Contraindicaciones?

Pues partiendo de la idea de que es una dieta muy amplia y que prácticamente no restringe casi nada, te diría que no.

Por ejemplo, para una persona con una insuficiencia importante o desnutrido debido a un vegetarianismo extremo y mal llevado, una macrobiótica estricta sería contraproducente, en este caso llevaría una dieta macrobiótica muy amplia, incluso incorporando a menudo pescados y algo de carne.

Azúcar refinado, sacarinas.

Hay otros que dependiendo del estado de salud se recomiendan evitar: lácteos, carnes sobre todo las rojas, las solanáceas, bebidas carbonatadas, alcohol, bebidas estimulantes y alimentos altamente procesados, huevos, embutidos, harinas blancas, quesos duros, especies muy fuertes. Toda esta lista no es a evitar para todo el mundo igual, dependiendo del caso habrán algunas de esta lista que se podrían consumir con moderación.

• No beber agua con las comidas y si bebemos que sea al menos de temperatura ambiente.

• Tomar el postre una hora o dos horas después de comer. Incluso reservarse el postre para la hora de la merienda.

• Frotarse la piel de todo el cuerpo con una toalla de algodón mojada en agua caliente.

• Ejercicio diario, dependiendo de la persona con caminar 30min al día de manera activa ya estaría bien.

Para todo el mundo que quiera alimentarse de una manera más equilibrada o tenga problemas de salud.

Para aquellas personas que crean que tiene que haber una manera más simple de vivir y siendo más felices sin depender tanto de las cosas materiales

Para aquellos que han empezado un camino en la meditación y notan que les cuesta hacerlo, la macrobiótica les puede ayudar mucho

Para deportistas que quieren rendir más en su deporte y están inquietos por llevar también una alimentación saludable. O sea, que no quieren mejorar en el deporte a cualquier precio, son conscientes que a largo plazo se paga un precio muy caro, según lo que tomes.

Puede haber muchos motivos por los que una persona se quiera introducir en el mundo de la macrobiótica:

• Aliviar o solucionar sus problemas digestivos

• Fortalecer el sistema inmunitario.

• Reducir los nivels de colesteriol y presión arterial.

• Adelgazar o mantener el peso.

• Reducir el estrés.

• Aumentar los niveles de energía.

• Llevar una dieta saludable

• Mejorar una enfermedad crónica, etc.

En macrobiótica estudiamos el efecto que tiene el alimento que tomamos con las emociones que nos suceden. Existe una relación muy íntima entre alimentación y emociones que la medicina moderna no tiene demasiado en cuenta y que es muy importante conocer.

Todo aquello que ingerimos pasa por un proceso de digestión, que nos permite extraer del alimento los nutrientes necesarios para formar parte de nuestra sangre, que servirá a su vez de “alimento” para todas nuestras células. Entonces dependiendo de qué tipo de alimentos tomemos y cómo de buena sea nuestra digestión, obtendremos una sangre de mejor o peor calidad que nutrirá a todo nuestro cuerpo. Dentro de nuestro cuerpo tenemos al cerebro, que es uno de los grandes “consumidores” de nutrientes de la sangre. El cerebro entre otras funciones se encarga de interpretar todo aquello que se produce a nuestro alrededor y reaccionar en consecuencia. Entonces si nuestra calidad de sangre no es lo suficientemente buena el cerebro no será capaz de interpretar correctamente los estímulos externos, y reaccionará con diferentes tipos de emociones que podemos calificar de extremas, que son resultado de una alimentación desequilibrada.

Un ejemplo muy claro de esto lo podemos observar cuando tomamos estimulantes, como por ejemplo el alcohol. Si ahora mismo nos bebiéramos tres copas de whisky pasado un tiempo nuestro cerebro empezará a funcionar de manera distinta, nos sentiremos más felices y eufóricos, y probablemente cualquier cosa que observemos nos producirá más alegría de lo normal. De la misma forma entonces el resto de alimentos consumidos en exceso nos produce diferentes tipos de emociones.

Uno de los primeros efectos que la gente experimenta cuando empieza a practicar la macrobiótica es una tranquilidad, paz y estabilidad emocional que no tenían antes. Esto se produce por dos cosas: eliminar de la dieta todos los alimentos extremos que generan también emociones extremas en el cuerpo, como carne, bebidas estimulantes, azúcar, leche y lácteos, etc. El otro aspecto es la introducción de cereales integrales en la dieta, que producen una absorción lenta de azúcares en la sangre y por tanto unos niveles equilibrados de estos. Cuando esto ocurre el cuerpo no necesita generar insulina extra, con todo el estrés digestivo que supone y que genera hipoglucemias en mayor o menor grado. Es lo típico que le ocurre a la gente que desayuna alimentos refinados y a las pocas horas necesitan tomar más alimento o un café porque “la cabeza no me rinde”.

Llevar una vida según los principios de la macrobiótica crea por tanto más vitalidad, nos sentimos capaces de realizar cualquier tipo de actividad durante todo el día, por tanto también nos elimina las excusas o los “miedos” a no hacer cosas y nos hace sentir más alegres por haberlas realizado. Mantenida durante largo tiempo también reduce las frustraciones y la rabia contenida debida a ellas, y también nos hace más compasivos y menos negativos ante las adversidades.

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