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Recientemente comentábamos en la escuela que la palabra ‘vegan’ se ha puesto muy de moda últimamente: en los negocios, las redes sociales. Multitud de personas, entre ellas una gran cantidad de jóvenes y adolescentes, están eligiendo una opción basada en alimentos de origen vegetal como su base de dieta.
El movimiento ‘vegan’ surgió como una respuesta los abusos que se producen en las granjas de animales, donde estos son tratados como objetos y el sufrimiento forma parte de sus cortas vidas. Los veganos no consumen alimentos animales de ningún tipo, a diferencia de los “vegetarianos”, que suelen tomar leche y huevos.
Más allá de todo esto es curioso que también hay mucha gente que adopta este estilo de alimentación como una forma más saludable de alimentarse. Quizá no son estrictamente veganos, pero reconocen que la dieta moderna en la sociedad actual abusa de los alimentos de origen animal. Este exceso ha quedado demostrado que puede resultar en desarrollo de diversas enfermedades degenerativas, como diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer de diferentes tipos (ver El estudio de China, de Colin Campbell).
Sea cual sea la aproximación, son muchos los beneficios de llevar una dieta vegana, ya sea de forma estricta o de forma regular e incluyendo productos animales muy esporádicamente, indicamos los más relevantes:
- Incrementa la energía, previene de múltiples enfermedades y mejora el rendimiento físico e intelectual.
- A nivel emocional, disminuye la tensión y calma la ansiedad.
- Reducir o eliminar los productos animales de tu dieta ayuda al medioambiente, puesto que las granjas de animales son contaminantes y consumen muchos recursos naturales.
- La reducción del consumo de carne a nivel mundial evitará el sufrimiento al que se ven sometidos miles de animales debido a las condiciones en que se encuentran.
Algo a tener en cuenta si vas a seguir este tipo de dieta es alimentarte de forma equilibrada. Si eliminas los productos de origen animal debes crear equilibrio incluyendo otros alimentos que produzcan un efecto similar. Es por eso que en macrobiótica recomendamos un consumo regular de cereales integrales, verduras, legumbres, algas y semillas y frutos secos para no tener carencias nutricionales.