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¿Macrobiótica o vegana?
- 18 noviembre, 2016
- Creado por: esmaca
- Categoría: Artículos Daniel Mayor

Cada vez más personas están adoptando el veganismo como su dieta y por supuesto como una forma de vida en la que eliminan todo lo que tenga que ver con animales en su plato y en su vida (ropa, maquillaje, productos de higiene personal, etc.). Y muchas de estas personas cuando empiezan a hacer la transición a este tipo de vida se encuentran con la macrobiótica. ¿Tiene algo que ver la macrobiótica con llevar una dieta vegana?
En principio si leemos por Internet algunas definiciones de macrobiótica parece ser que no. Una dieta macrobiótica está basada en el consumo de cereales integrales, legumbres y derivados, verduras, algas, semillas y frutos secos y alimentos fermentados de forma habitual. La gente que opta por una dieta macrobiótica puede comer productos animales aunque de forma ocasional. Lo que sí elimina la macrobiótica son la leche y los lácteos. En ESMACA nos hemos encontrado alguna vez con algunas personas que siguen un estilo de vida vegano y nos han comentado esto también: “Pero la macrobiótica no es vegana, ¿verdad?” Por eso he creído importante escribir este artículo para despejar dudas para las personas que desconozcan en qué se basa la macrobiótica y cómo puede ayudar a las personas que quieren llevar una dieta vegana.
La macrobiótica surgió hace ya más de un siglo de la mano de Georges Ohsawa, un japonés que se curó de una enfermedad mediante la alimentación y que pensó que podía existir un mundo más feliz y pacífico si ayudásemos a la humanidad a cambiar la forma en la que se está comiendo. Ohsawa fue uno de los primeros impulsores de eliminar los productos animales a determinadas personas que estaban pasando problemas de salud, algo super transgresor para su época (hablamos de antes de los años 60). Mucho después tuvo muchos seguidores que pensaban de la misma manera que él y que sin tener enfermedades empezaron a comer más arroz integral y verduras y a quitar la carne de sus dietas. Según decía Ohsawa la carne genera violencia y no es un alimento necesario para el consumo humano, de hecho cuando se reduce o elimina de la dieta las personas se vuelven en general más calmadas y pacíficas.
Michio Kushi fue uno de los discípulos de Ohsawa que continuó con su ideal y lo expandió por todo el mundo de muchas maneras. Si os fijáis en las tiendas donde compráis productos ecológicos en muchas de ellas hay una sección donde hay productos “macrobióticos”: miso, algas, umeboshi, kuzu, …. ¿Sabéis por qué es esto? Uno de los principales creadores del movimiento de alimentación orgánica y natural fue Michio Kushi que con sus seguidores crearon las primeras marcas de productos biológicos en Estados Unidos, así como las primeras tiendas de productos. Muchas personas copiaron esta idea y distribuyeron los productos de sus tiendas de la misma forma que lo hacían ellos en un principio, y ellos siempre dejaban una zona de las tiendas con este tipo de productos.
Como podéis ver, la macrobiótica siempre ha estado detrás de aquellos que quieren seguir un estilo de vida más saludable, equilibrado y respetuoso con el medio ambiente y los seres que lo habitan. Además a nivel de dieta muchas personas que han empezado a hacer macrobiótica han eliminado los productos de origen animal de su vida. En macrobiótica ya no sólo decimos que la carne es perjudicial, también la leche y los huevos, acercándonos más a las ideas del estilo de vida vegano más que el vegetariano ovo-lácteo.
¿Que diferencia entonces a un vegano de un macrobiótico que no toma productos animales? Pues principalmente el sustento filosófico que hay detrás de la macrobiótica, que tiene que ver con entender qué efecto tienen los alimentos en mi cuerpo y cómo los puedo utilizar para que mi vida sea lo más sana, feliz y productiva posible.
Si un día de mi vida decido que quiero seguir una dieta vegana es algo fantástico, pero tengo que tener en cuenta que estoy eliminando alimentos de mi dieta que me van a producir carencias: carencias de tipo bioquímico (elimino una gran cantidad de proteína, vitamina B12 y otros nutrientes que sólo están en los productos animales), carencias también de tipo emocional (¿ya no comeré esas galletas con leche que me gustaban tanto?) y para los que seguimos la macrobiótica carencias también de tipo energético, y se podría explicar con la frase con la que algunos “carnívoros” siempre contestan: ” A mi es que el cuerpo me pide la carne, no la puedo dejar”. También las personas que tienen una gran fuerza de voluntad y cuando el cuerpo les pide productos animales se “aguantan” y se comen una salchicha vegana, por ejemplo. Y esto va más allá incluso de lo emocional y de lo científico.
Sobre las carencias de tipo bioquímico creo que mucho se ha hablado ya y sabemos que es un mito y que eligiendo alimentos como los cereales integrales, las legumbres y los frutos secos podemos obtener proteína de buena calidad y que muchos nutrientes que parecía que no existían en los alimentos vegetales los podemos obtener de los fermentos o los puede sintetizar el cuerpo, incluso si tuviésemos carencias hay quien opta por tomar suplementación y puede llevar una vida saludable. ¿Pero que hacemos con las otras carencias (emocionales, energéticas)? Lamentablemente muchas de ellas por nuestra experiencia de varias décadas trabajando con personas que sólo consumen productos vegetales a largo plazo (puede ser dentro de 5 o 10 años) pueden dar lugar a enfermedades.
La macrobiótica en este caso nos ayuda a eliminar estas carencias para que seamos capaces de poder llevar una dieta vegana que nos nutra en todos los sentidos y nos haga sentirnos plenos, satisfechos y felices. Durante muchos años hemos ayudado a las personas que quieren hacer una transición a una alimentación basada en productos vegetales con gran éxito, y sobre todo para aquellos que “el cuerpo les pide carne” pero saben que no les sienta bien. En ESMACA de por ejemplo toda nuestra formación en 100% vegana para demostrar así que una transición a una dieta vegana de esta forma es posible.
Si has decidido hacerte vegano, o si ya lo has iniciado pero tienes esas “necesidades” de tomar productos animales, te recomiendo lo siguiente:
- Aumenta la proporción de cereal integral en tu dieta, optando por algunos de ellos como el arroz integral, el mijo, la avena o el trigo sarraceno.
- Consume legumbres, tofu o tempeh al menos 5 veces por semana en pequeñas cantidades, y siempre combinadas con cereales integrales. En el caso del tofu y el tempeh debes cocinarlos muy bien antes de tomarlos: estofados, al horno o similar.
- Toma frutos secos locales y semillas en pequeñas cantidades todos los días y modera el consumo de aceites ( no más de 3 cucharadas soperas por día).
- Añade sopa de miso a tus comidas, es una forma muy saludable de empezar a “descargar” exceso de productos animales de tu cuerpo. Mejor por la mañana (si, la mañana) o al mediodía que por la noche.
- Elimina el azúcar de tu dieta. Endulza con siropes de cereales como el de arroz o el de cebada.
- Evita las frutas tropicales (plátano, mango, papaya, etc.) sobre todo durante el invierno.
Por tanto, más que hablar de macrobiótico o vegano yo más bien diría que lo ideal es vegano y macrobiótico. Una decisión en la vida tan valiente y transgresora en estos tiempos como es volverse vegano desde mi punto de vista necesita de un cimiento filosófico como la macrobiótica para ser aún más completo y satisfactorio.
Espero que estos consejos os sirvan de ayuda.
Daniel Mayor.