Estamos acercándonos al final del verano, y en macrobiótica ya nos vamos adelantando a la nueva estación de que avecina, el otoño, que viene precedida por lo que solemos llamar en Medicina Oriental el “verano tardío”. Todo esto se caracteriza por un descenso en la dirección de la energía, hasta ahora en verano hemos estado muy activos, con mucha vida social y nocturna, disfrutando de las vacaciones y de estar con los nuestros, vamos a pasar a un momento del año donde nos vamos asentando, preparando para el invierno. Es un momento en el que muchas personas se plantean cómo se van a organizar para el resto del año y el principio del siguiente: apuntarse a cursos, volver al gimnasio, retomar antiguos hábitos saludables, etc.

Para ir en consonancia con este tiempo debemos tomar alimentos que nos empiecen a dar calor sin ser demasiado extremo, pues todavía el verano no ha finalizado.

Os propongo un menú de ejemplo que os puede servir

Primer plato

Crema de maíz con aceite de albahaca

Plato principal

Hamburguesas de mijo

Estofado dulce de garbanzos

Salteado de calabaza y col verde

Postre

Tarta de melocotón y amasake

Como véis, este menú se caracteriza por tener como sabor principal el dulce: maíz, verduras dulces como la zanahoria o la calabaza, cereales como el mijo y legumbres como los garbanzos. De postre una fruta de la estación, los melocotones junto con un dulce japonés sin azúcar, el amasake, fermento de cereal muy apetecible para los postres.

Este menú es muy bueno para personas que tengan problemas en el sistema digestivo: mala digestión, gases, etc. A nivel emocional viene muy bien cuando quieras recuperar la estabilidad en tu vida y necesites de una dieta que te reconforte y te dé “cariño”.

Buen provecho!!